29.8.11

For Precious Girls Everywhere








("For Precious Girls Everywhere" - Dedicatoria final de la película “Precious”)

Hace unos años hice un post de películas “deprimentes imperdibles

Hace unos días, después de ver por primera vez “Precious” (Lee Daniels, 2009), pensé erróneamente que la incluiría en esta lista.

Lo pensé bien… ¿Me deprimí realmente con esta película?

El sabor que dejan los últimos segundos de una película, que transcurren con los créditos finales, es una señal que vale la pena retener. Es fácil perderse el mensaje de estos segundos, pero es importante recordarlos. Y en este caso, el áspero y despiadado territorio emocional que conforma el mundo de “Precious” casi pudo más que la luminosa propuesta de renacimiento que encierra su historia.

De la película me fui a la novela: “Push” (1996, Sapphire). Libro duro, difícil de tragar, Dibujado desde un monólogo crudo, cándido, adolorido, cálido, estremecedor, humorístico, cruel. Un relato descarnado del abuso sexual y emocional sufrido desde una edad tan corta como imposible de imaginar, por una adolescente norteamericana de raza negra nativa de Harlem.

La película “Precious” muestra la transición de una vida de abuso a una vida de promesa, de la mano firme de una nueva identidad arduamente ganada. Ese pasadizo, ese rescate, esa evolución de “No ver” a “Ver” que experimenta Precious es un puente precario, mediado por el poder de la introspección, de la verbalización, de la visualización (“Write!” le implora y exige su maestra el día de una noticia particularmente devastadora).

El descubrimiento de las palabras, de los números, de la disciplina de estudiar, del afecto de personas que la aprecian, hace que Precious se reconozca y se destaque entre otros quienes, como ella, buscan y dan una segunda oportunidad. Pues en el libro coexisten con la historia de Precious otras historias, abusos semejantes, otras voces sobrevivientes a las cuales tiene acceso el lector. La verdadera dimensión del maltrato a Precious es descrita completamente en el libro, reducida en la película.

Una alternativa educacional que me recordó algo que en mi infancia conocí como “Parasistema” (mi padre daba clases en un liceo nocturno para adultos), cambia para siempre la vida de Precious. Mejor dicho: Precious acude, se presenta, a esa cita, a ese reto de cambiar. Así, la escuela, llamada “Each One Teach One”, así una tenaz y sensible maestra, Miss Rain, con una fe inquebrantable en el acto de escribir como vehículo de autodescubrimiento, así el espejo de otras compañeras, termina catalizando en Precious la irrevocabilidad de escoger una vida propia y diferente.

Siempre abonada por su fértil, salvadora imaginación.

Libro y película: más que recomendables. Precious es la narradora en ambos. En el libro, su “voz” va configurando un tajo hirviente que describe un maltrato inconcebible. La voz de Precious es real, una voz no editada, no estilizada, alimentada por un habla, una gramática, que cambia de color, de luz, de ritmo, disperso, saltarín, recurrente, impulsada: Precious.

En la película, la magnífica actuación de Gabourey Sidibe es razón de más para excluir a Precious de cualquier listado de películas “deprimentes”, aunque seguramente lo parezca. Monique, personificando a su madre, encabeza un elenco acompañante que bien vale la pena apreciar.

Volví a verla. Precious es, sin duda, una película imperdible. Y, según entiendo, muy controversial en su país.



"I'm alive inside. A bird is my heart. Mama and Daddy is not win. I'm winning.”

6.8.11

Los fantasmas de Macedonia




Interesante, ver una película ubicada un sitio que desconozco absolutamente (Macedonia), en un género que no suelo escoger (thriller), con actores que jamás he visto, andaba a tientas buscando posibles temas, posibles mensajes y símbolos, mientras recibía estudiadas imágenes de una parte del mundo y una cultura en los cuales no había reparado hasta ahora.

Entre los muertos (Senki, Milcho Manchevski -2007) se esmera marcadamente en lograr la apariencia de eso que se conoce como "hollywoodense". Por ahí, nada nuevo; puede decirse que es una historia de fantasmas y suspenso que ya se ha visto muchas veces. Ahora bien, eso no le quita ni emoción ni otros méritos como la fotografía y las actuaciones, donde se apoya realmente la fortaleza de esta película.


La fotografía es abundante en recursos, anclada en espectaculares paisajes (que provoca conocer) y artístico esfuerzo. Las actuaciones, sólidas, amplias, de intérpretes escogidos con mucho acierto. Destaca el protagonista "Lázaro" y uno de los fantasmas que lo acosan, "Menka", un ambiguo personaje que realmente no pude del todo descifrar.

Como dije, no sabía nada de Macedonia. Ahora sé algo. Pero en mi estado previo de no saber nada de Macedonia, la película está lo suficientemente bien contada como para permitirme aventurarme a adivinar por dónde pasan algunas de sus corrientes temáticas subterráneas. Universales. Incluso, esas sí, familiares para mí.

No dudo que además de las aventuras extrasensoriales del protagonista, es una película que nos habla del dolor de la historia, ancestral y reciente, de un pueblo. Una memoria literalmente sangrante. Me pareció escuchar el rumor de gentes desplazadas de su lugar de origen, dolor por la discriminación y la desigualdad, dolor existencial por vivir no estando realmente vivo y tener que atravesar la muerte para poder, finalmente, escoger la vida... Eso me pareció escuchar.