Es posible que Gabrielle (Audrey Hepburn) y Chuck (Tom Hanks) se crucen en sus historias por un momento.
Obviamente separados por una distancia temporal The Nun's Story (Fred Zinnemann, 1959) y Cast Away (Robert Zemeckis, 2000), en su contexto, ambos personajes se detienen un momento, miran su horizonte, antes de continuar hacia una vida nueva. Los dos vienen de regreso de un intenso viaje interior, que lo abarcó todo, a través del cual se han despojado de una vida ahora pasada. Su identidad fue sometida a pruebas extraordinarias, propias de los límites. Han conocido el efecto depurador del silencio absoluto y de la mirada enclavada en el interior de uno mismo, por requisito o circunstancia.
Lo cierto es que los finales de ambas películas están hechos de un material vibrante: el de las posibilidades.
Claro que nada en común tiene el relato de Gabrielle con el de Chuck pero las imágenes de cierre de las películas que los alojan viajan en el sentido de un nuevo comienzo, derivado de una profunda revisión de la vida y la reafirmación de la pasión de vivir.
Es el instante en que abrazan esa pasión, honestos, victoriosos por haber recorrido un minucioso examen de su propia naturaleza. Los sostiene una fortaleza que fue ganada a fuerza de silencio, conflicto, riesgo.
Chuck y Gabrielle probablemente tienen ante sí una puerta y unos caminos abiertos que conducen a su vez a muchas puertas y caminos. Ha sido un renacimiento, con su posibilidad de volver a elegir, y esta vez van sin apegos, sin accesorios, sin equipaje, sin vestigios, sólo con su ser enfocado y liviano de dudas...
Hacia caminos abiertos de posibilidad.
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