9.8.09

Manantiales subterráneos


Playa del Futuro (Peter Lichtefeld, 2005) me la obsequió mi hermana. Hoy Domingo la ví y puedo decir que le podría gustar a muchas personas, espero, pero especialmente le gustará a todo el que tenga entre sus pasatiempos ser un espectador-pescador: es una oportunidad cinematográfica confeccionada con creatividad para hablar sin estridencias, con el silencio incluso. Una peli que se siente inspirada en el afecto personal por situaciones o lugares específicos y experiencias cercanas al corazón de quien la concibió o llevó a cabo. De alguna manera eso se percibe en momentos contemplativos de la peli, intercalados aquí y allá, para nuestra alegría :-)


Personalmente me parece que por el lado de los temas que presenta y explora es donde se halla buena parte de su fortaleza; pero igualmente, es una película que disfruté porque gracias a su estilo narrativo, el protagonismo no pertenece a ningún personaje o grupo en particular sino que todo funciona como un agradable concierto donde en un determinado momento, cada instrumentista se aferra a su pequeño turno de hacer una "descarga" (así le decimos en Venezuela :-) y lucirse pues, ante un público ansioso de ver qué tiene cada virtuoso por dentro y qué tiene para mostrar. En Playa del Futuro, este estilo de contar permite que el efecto global sea equilibrado, con personajes que son personas de carne y hueso que logran tocarnos de alguna manera con su individual, única y revelada muestra de arte, impulso y actitud. Todos participan, todos son comensales en una mesa en la que uno participa también si quiere y se disfruta adivinando, o intentando adivinar, rápidamente en sus rostros de dónde pueden venir y/o hacia dónde quieren ir.

El ambiente geográfico es desértico y es hermoso, callado y dispuesto a recibir, y a veces parece un "decorado" inmóvil, encuadrado de manera amplia para terminar enfocándonos en la persona que lo transita y que lleva un sueño concreto en el momento, detrás del cual se mueve con decisión y con pasión.

A los pescadores de temas, qué tal éstos:

Sueños idealizados de la juventud que, aparentemente muertos, nos han mantenido vivos; la madurez entendida como una nueva oportunidad real de encontrar un sentido profundo a la vida; la honestidad en las relaciones -incluida la relación con uno mismo- como la mejor política, como dicen; el eterno movimiento y cambio de la vida, el secreto de la realización personal como una combinación de experiencia-conciencia-actuación oportuna, sin olvidar un importante aderezo: el movimiento y la intemporalidad como una de las pocas cosas verdaderamente verdaderas...

¿Qué tal? Eso fue algo de lo que pude pescar en mi primera visita a Playa del Futuro, que me hizo sonreír genuinamente más de una vez, particularmente al recordar algo de la película La Fiesta de Babette, que tanta felicidad me dio un día en el Ateneo de Caracas, y de la novela de Joanne Harris "Coastliners", ésta con sal y mar de verdad verdad :-)

Como Playa del Futuro es una película que resuena de muchas maneras, invita a seguirla viendo para pescar más sorpresas. Espero hacerlo en algún momento pronto.