5.8.07

Tarde (premium) de cine



- ¿Tú crees que Remy se sentía rata?
- No. No, él se sentia chef, se sentia humano.
- Pero tenía cosas de rata.
- Las patas, el pelo, la forma. Todo. Menos la mente.
- Pero él tenía cosas de rata que lo ayudaban.
- Bueno... Sí.
- El tenía algo en especial que lo ayudaba mucho.
- Sí! Sí, el olfato. El olfato y la habilidad. El tenía mucha habilidad.
- Habilidad física.
- Sí, habilidad para correr, para huir, para escaparse de los peligros.
- ¿Tú crees que cualquiera puede cocinar?
- Sí. Todo el que se proponga puede cocinar.
- Tú crees que la familia y los amigos de Remy cambiaron después que vieron que tenía éxito?
- Sí, ellos cambiaron.
- Cómo.
- Bueno, el papá se volvió más crédulo, empezó a creer en él y entre todos lo ayudaron. Antes el papá tenía miedo.
- Miedo de qué.
- Bueno, miedo de que le pasara algo, de los peligros que hay para una rata como él. Pero después cambió. Y lo ayudó.
- Mira, tú dices que Remy no se sentía rata, sino chef, humano. Pero qué pasa si no hace nada, si se queda con eso así, como si nada.
- Bueno, se deprime. Si no hace nada, se deprime.
- Ok, entonces lo que hizo fue que se atrevió.
- Claro. Hay que atreverse.
- Yo creo que Remy creía que él y también su hermano y los demás podían aprender a comer otra cosa que no fuera basura. Él no era rata que se conformaba con la basura.
- No, nunca se conformó. Nunca se conformó. El enseñó a su hermano a mezclar sabores. Todos los días se aprenden cosas.
- Qué le pasó al crítico culinario?
- A él le pasó que se acordó de cuando era niño, y de que antes era humilde. Cuando probó el plato, eso fue lo que le pasó.
- Pero la gente en el cine se rió mucho en ese momento, yo no entendi por qué...
- Sí me dí cuenta.
- Yo creo que fue un momento más bien dramático, pero el público se reía. Mira, y qué fue lo que más te gustó de esta película?
- A esta película yo le daría 9.
- ¿Nueve sobre diez?
- Sí, 9 sobre 10. Por la calidad de la imagen, del sonido, la trama y el mensaje que te deja, de que lo puedes hacer, atrévete, que lo puedes hacer.
Te enseña que puedes hacer grandes cosas.

(Conversando, Ginette y Gilberto de 12 años, después de una tarde de cine premium, un maratón de Los Simpsons a las 4 y Ratatouille a las 6,30. Ambas super recomendables y no se las pierdan)

22.6.07

Bee de Bandoneones


EN 1993 TUVE UNA OBSESIÓN TEMPORAL con Golpes a mi puerta de Alejandro Saderman.
Este año 2007, de nuevo en la misma salita La Previsora, he vuelto a encontrarme con la sensibilidad de este cineasta argentino que tanto quiere a Venezuela. Hoy con una película encantadora -charming, mesmerizing- que no puede perderse nadie. Pero nadie especialmente en la nación latina, y nadie especialmente que tenga como oficio la música, y nadie, especialmente, que ame el tango. Nadie, nadie porque esta película es una ofrenda que respira hondo, como un fuelle inmenso, y llega directamente al alma. El último bandoneón (Alejandro Saderman, 2005).

Eramos muy pocos en esa salita y de esos pocos brotó un aplauso que no se pudo contener. "Una semana más va a estar porque la pidieron", se nos dijo al salir.

No escribía en este blog desde Bordadoras. Casualmente una historia sobre personas que saben con claridad meridiana su exacta pasión y vocación. Ahora, con El Último Bandoneón, diría que Saderman va bordando, con cadencia de tango, una historia de afortunados amantes de un arte, dedicados cultivadores del bandoneón.

Fue una vez por casualidad al alquilar un VHS de How to make an American quilt que conocí la palabra"bee". En ese caso, un grupo de mujeres muy diferentes unidas por una precisa e incontenible pasión: crear colchas artísticas, espectaculares y con un sentido de historia. Bee, que apenas significaba para mí abeja, miel, laboriosidad, color ámbar, se volvió también, grupo. Y de grupo, de devoción colectiva (que traspasa las fronteras argentinas) es que habla El Ultimo Bandoneón.

Si no, qué son esas almas gemelas que se reúnen cada sábado en un viejo galpón a tocar el tango, qué otra cosa une a una joven con un anciano, a un japonés con una Milonga. Devotos de un instrumento, adheridos a una atmósfera, que al juntarse no importa de dónde vienen o adónde van, ni edad, ni origen. Se entregan a su culto, encorvando su espalda y recibiéndolo en su regazo, al instrumento que llegó de Alemania a la Argentina y se unió para siempre con el tango.

Saderman el narrador emplea una edición traviesa, mágica y didáctica, permite que la cámara se finja amateur, cuando en realidad nos está mostrando en los ojos de Marina, la joven aprendiz, la intensidad de una pasión. Usa el documental que al mismo tiempo conmueve con la actuación de sus reales personajes. Sur y Caribe, como venezolana agradezco -no sin cierto triste sabor- el tributo que los protagonistas hacen al mencionar a mi país Venezuela como un lugar de oportunidades y brazos abiertos que los recibió, y hospedó una Peña Tanguera y recibió a un Gardel.

Conmovido e ilustrado, así se sale de esta película. Imperdible para la nación latina, que somos fusión, resultado, contraste. Imperdible, por supuesto, para los amantes del Tango.

8.5.07

Bordadoras




Vi Bordadoras (Brodeuses - Éléonore Faucher, 2004) la semana pasada, la primera que veo del Festival Francés este año.

Hace un par de años cuando tenía más tiempo me hice un verdadero maratón: Les Triplettes de Belleville, El Empleo del Tiempo, La Turbulencia de los Sentidos,Vodka Limón, Los Coristas, Amor Eterno y todas se las recomiendo, especialmente Las Triplettes... si todavia no la han visto.
Ahora, sobre Bordadoras.
Bordadoras es una imagen. Como un cuadro en el museo, uno puede si quiere confeccionar una historia. Pero si quiere, digo; yo en realidad no quise porque me bastó con lo que ví. Especificamente con lo que vi al final, la exquisita imagen que cierra la película, un alucinante vestido bordado para el diseñador Lacroix.
Dos seres, Claire y la Sra. Mélikian, protagonizan esta peli, sentadas ante un bastidor y creando belleza ante nuestros ojos. Conectadas por una pasión precisa, definida e identificada: el arte de bordar.

Una chica embarazada de 17 años y una señora de 50 y tanto, almas gemelas en realidad, se encuentran como maestra y pupila para demostrar que son seres realmente privilegiados. En medio de su soledad y sus dolores, son especiales. No todo el mundo tiene su suerte: saber exactamente qué pasión las conecta con esta vida y de allí sacar la fuerza que las realimentará para resolver sus situaciones y desafíos. Una vocación que es más bien una pasión.
Con estas dos mujeres en primer plano y en claro foco, con el resto de los personajes más difusos e intermitentes, con un hijo que se pierde y otro que viene en gestación... Bordadoras es la celebración de una imagen que dice: la belleza, el arte y la creatividad permanecen.
Al menos, parecen de más largo aliento que tantos otros afanes que nos ocupan la vida.

24.3.07

Melody, un telerecuerdo

Cuando pasaban Melody (Waris Hussein, 1971) por la tele por allá por los años 70 (y la pasaban bastante) y después cuando la veía en colores gracias a un casete beta que fue a parar
a la sala de la casa, ni idea tenía de quién era Alan Parker y ¿qué diablos me importaba?
Probablemente la chama que era entonces no reconocía ni muerta en su salón de clases que la hipnotizaban las canciones de los Bee Gees, Melody Fair y First of May y, sobre todo, la transgresión de la autoridad de aquellos dos chiquillos (o "preadolescentes") que se escapaban de clases a vagar por cementerios y viejos rieles y plazas y parques porque estaban enamorados y eran diferentes y para mí eso era todo y terminaba allí.
Milenios después, o sea hoy, no dudo que aquellas imágenes fueron más importantes de lo que sospechaba, y están en el "principio de todo". La cinta beta quedó olvidada o perdida pero Melody siguió siendo siempre uno de mis recuerdos favoritos de toda la vida. Después de décadas de vida "seria y responsable" llegué a Internet y con ella a los primeros indicios de que Melody tenía más fans en el planeta...

Esta noche por Youtube pude, después de tantos cambios de lentes para mis ojos hipermétropes, volver a ver las imágenes más queridas que guardo del cine transmitido por TV.

25.2.07

Detrás del vidrio


¿"Pieza de museo" es un insulto? No en esta peli. Definitivamente no.

Verdaderamente entretenimiento nostálgico, recomendable para reír y conectar con recuerdos de infancia... De la misma pasta que Finding Neverland. Con un toque de Tierra de Gigantes.

No esperaba mucho pero me resultó really cool pensar qué le preguntaría yo a Teresa Carreño que fue una trotamundos por su arte/trabajo o Alejandro de Humboldt o Jimmy Angel o Cristóbal Colón, si los tuviera frente a mí preguntándome "¿Qué quieres saber?" Como la india Sacagawea en Una Noche en el Museo (Night at the Museum - Shawn Levy, 2006).

Hay algo de melancólico y algo de extraña fantasía en el Museo de Ciencias de mi ciudad. Pero bueno, supongo que ese caraqueño espacio donde pernoctan estáticos la avestruz y los petroglifos separados del visitante por un vidrio... No sería suficiente para saber cómo anda el resto de los museos de ciencias naturales en el mundo ¿o sí?

Que esta peli es un guiño a nosotros los pre-Internautas es evidente... Y también es obvio que pretende encender "aunque sea" 1 KB de curiosidad en la generación d.I. (después de Internet).

Dentro de su género de comedia familiar, con la excelente excusa de las peripecias de un vigilante nocturno (cheverísimo Ben Stiller) que no se da por vencido ante las extrañas cosas que suceden cada noche en el museo, la peli nos invita a considerar el pasado entre nuestras opciones de entretenimiento (no sólo de E-ntretenimiento).

Lo hace con afectuosa amabilidad, como la propia Sacagawea. Ese inmenso pasado que siempre, siempre podrá cobrar vida y potenciarnos la alegría de una tarde... simplemente contemplativa. Quizás, con suerte, por unas monedas.

15.2.07

El vía crucis de Will



Si uno googlea En la Búsqueda de la Felicidad (The Pursuit of Happyness - Gabriele Muccino, 2006) no encuentra por ahora una foto de Will Smith corriendo.

Y de eso se trata la peli! Por eso la capturé directamente del trailer de Rotten Tomatoes, pues Will anda en eso, precisamente, pursuing, buscando, corriendo (la plata, el money, el sueño americano). Señores del marketing de esta película, el afiche era Will corriendo como Lola, que se los digo yo.

Bien buena, sí es. Will actúa con su hijo Jaden Smith y personalmente le compro el personaje, Chris Gardner, pues supo administrarle el drama (la película es inspirada en hechos reales) y conducirnos al momento culminante sin excesos- Bravo Will.

Si soy honesta, me tocó una fibra. Esa lucha de un hombre por descamarse y "transicionar", en su vida laboral; su no-quebranto al pujar para parir la próxima idea. Su anterior sueño... venció, expiró y se le volvió un pesado artefacto que, sin embargo, no puede soltar así nada más... Y, con fe, desesperación, riesgo, repara lo que está roto, para que le sirva de escalón.

Reflexionaba, viéndolo correr: ¿En qué momento exacto comienza uno a correr en la dirección nueva? ("A way to another side..." dice Chris cuando mira el fútbol desde el palco V.I.P.)

"With joy we greet you..." Señor, no te pido que muevas la montaña, ayúdame a escalarla...

P.D. Director italiano... Con razón ese guiñazo a "La Vida es Bella". Nice.

12.2.07

Risa para llevar, por favor


Voy al cine con tanta frecuencia y qué poco frecuente es que me ría incontrolablemente. Es más, no recuerdo haber sentido a un público pasarla tan bien, desde hace mucho, mucho tiempo. Risoterapia intravenosa, durante y DESPUÉS de la función. Una dosis de felicidad.

Con tanta frecuencia va uno a ver películas de proporciones épicas, de producciones de cuello tan enorme como el de una orgullosa jirafa, películas tan perdidas en su altura, que incompresiblemente te dejan indiferente o simplemente te abruman con sus efectos, te aturden y para nada porque total su estruendo se disuelve y no neutralizan el retorno a la realidad, se pierden entre las escaleras y el estacionamiento.

Pero la risa... la risa honda, espontánea, incontrolable, eléctrica, no el producto elaborado o la consecuencia del análisis, esa risa básica, de la garganta y la nariz, energizante y rehumanizante, es un raro mineral, una rara joya.

No digo más, la historia inclusive no importa: lo que importa de Little Miss Sunshine (Johnathan Dayton y Valerie Faris - 2006) es que funciona en el cuerpo EXACTAMENTE como lo haría una batería nueva: te recarga con toda la energía que se te pueda inyectar, renueva y relaja, te coloca aunque no quieras en ese viaje involuntario sin retorno de la risa que no puede parar, no puede sino brotar y escapar, que busca un alivio y éste no llega porque cada risa es seguida por otra risa y así hasta uno entender que, el secreto es muy simple: es una película que se ríe de todos y de ella misma, se ríe con todos y con ella misma.

Cuánto tiempo hacía que no me reía así en el Cine. A fin de cuentas uno va para eso ¿no?

31.1.07

Babel: Sonido y silencio



Empieza con sonidos. Sólo sonidos. Los del fuerte viento y de los pasos de una caminata, en el silencio de un desierto. Casi tres horas después, culmina en lo alto de un rascacielos, de una atestada metrópolis, en un ser humano que ha quedado desnudo de cuerpo y de alma. Así es Babel (Alejandro González Iñárritu, 2006). Experiencia de extremos.

Personajes expuestos al límite de sus fuerzas y al máximo de su resistencia. Víctimas del azar, de la arbitrariedad de la vida, de un segundo de irresponsabilidad propia o ajena, del abandono, de su miseria o, simplemente, víctimas de su silencio. Ese silencio persistente, inherente a la vida y a la naturaleza incluso, que se cuela entre la selva celular.

Fui a ver Babel 100% consciente de que me esperaba una exploración del dolor humano, otra vez, de cuerpo y alma (razón para no verla) pero estimulada por el desafío de un cineasta que sé que te pone tareas: interconectar historias, mover piezas y tiempos. Además sabía que, en medio de todo, habría suspenso (razón para ir a verla).

Pienso al salir, que me metí completamente en la vida de unos personajes de los cuales realmente no llegué a saber nada: ni qué hacen, ni a qué se dedican, ni por qué están allí, y pienso también, qué importa, seguramente fue a propósito y funcionó. Son universales, no importa su piel, es irrelevante su continente. Los une un disparo, los une la soledad, sus arrebatos, sus deficiencias (o discapacidades) para comunicarse, el silencio (por lo que callan o no pueden decir), la atroz falta de contacto. Los une la infinita suerte, también, de haber conocido la azarosa bondad de un completo extraño, en el momento preciso del miedo o de la muerte.

Razón para verla: seguramente arrasaré en la Red carpet season.

16.1.07

Me quedo

Con la extra diversión de conocerme de memoria el soundtrack de La Princesa Massai (Die Weisse Massai - Hermine Huntgeburth, 2005) gracias mi hermana, me fui al encuentro de esta peli inspirada en hechos reales. Así pude por fin empalmar las imágenes creadas en mi cabeza con las imágenes verdaderas en pantalla! Cool.

Mi segunda entrada este año sobre África, Weisse Massai. Durante las primeras secuencias de bullicio, caos y ciudad en Kenia, mientras la protagonista averiguaba cómo emprender su inédito viaje a Barsaloi... Yo pensaba, cuánto nos vamos pareciendo, allá y aquí; las partes populosas de mi ciudad y esto que veo, cuán cerca en algunos puntos parecemos estar, aunque tengamos el océano de por medio.

Una historia sobre dos almas gemelas. Tan unidas, tan opuestas. Una suiza y un guerrero Samburu. Uno puede creer o no en la Reencarnación, uno puede decir más bien que cree en la conciencia y en la lúcida determinación... Como sea, a mí me intrigó -y creo que quizás es lo fascinante de ver y lo que uno recuerda más- la fase inicial de todo el asunto. La toma de la decisión (¿impulso? ¿clara conciencia?), en el preciso turning point de una puerta de salida... Me quedo. Ni pasado ni futuro: presente. Lo que sigue despúes, las aventuras y episodios, con sus penas y glorias, son el desarrollo, el camino, el despliegue. Lo más fascinante es el chispazo, el reconocimiento del camino y la acción de seguirlo, a ver qué pasa.

"Will you come back?" A Kenya, quién sabe. Pero volver atrás, imposible, nunca se puede realmente regresar. Es el intento, la identificación del momento, de tu lugar en el mundo y agarrar por ese camino como Carola, sin dudar. Cómo saldrá todo, ya se verá, pero "Cómo sé si no me arriesgo" Ni el fracaso ni la derrota son tales, si uno ha dado todo. Y creo que es el punto de esta historia.

Por otro lado, si yo fuera el Massai, sentiría mi mundo de cabeza (tan de cabeza como aparecen los turistas en la arena al comienzo de la película). Y en mi confusión, con mis expectativas sorprendidas, a lo mejor afloran mis miedos, los más básicos, mis inseguridades, ýa no sabría más cuándo ser pasivo o agresivo...

"Will you come back"? A Kenya, quién sabe. A Weisse Massai sí, me gustaría volverla a ver.

10.1.07

Sounds familiar


Veo que estrenarán en los cines Hotel Rwanda! Me alegra.

Ya llevaba tiempísimo disponible en alquiler y copias piratas. Pero ahora vale un consejo si no la han visto: véanla. Otro consejo: Véanla junto con Sometimes in April. Ambas relatan exactamente el mismo momento, el mismo tema: el horror del genocidio de 1994. Terribles hechos, que sólo se nos hacen digeribles por intermedio del arte.
Por qué digo que es un combo recomendable: porque se complementan. Se cruzan, como siempre digo, las películas se tocan. En este caso, el dúo es imperdible.
Pero hay algo más. Al verlas me resultó palpable, fascinante y deprimente constatar que reconocí e identifiqué algunas situaciones específicas, como familiares, como tristemente conocidas. Azuzar el odio (una). Negarse, pasmarse y suponer que habrá un rescate (otra).
Es obvio que lo que ha sacudido a Venezuela durante ya casi una década (nos) ha marcado. Noto que se ha afinado algún mecanismo interno en mi mente de espectadora, particularmente "pilas" y sensible a las señales del odio atizado como alimento inflamable de un sistema de poder. Alerta y consciente de que pedazos de historias y dolores de unos y otros seres humanos se solapan, sin importar océanos o kilómetros.
Qué triste pero qué fascinante experiencia es conectar al instante con otro ser humano que también reacciona y se transforma como uno reacciona y se transforma. Con shock, negación, parálisis, lucha, aceptación, esperanza, dolor... Todo eso que forma la "guerra". Armada... o extenuantemente... psicológica.

8.1.07

House of D, con esta empiezo el 2007

Perdida (botada) en una cartelera con residuos navideños, encontré Mi Mejor Amigo (House of D - David Duchovny, 2004). Enumero mis gratas sorpresas.
La primera fue Anton Yelchin, a quien no conocía pero acabo de buscar en IMDB y me entero que es ruso e hijo de patinadores artísticos; pues será por eso que supo deslizarse con tanta gracia y acierto en su bellísimo personaje de preadolescente en la Nueva York de los 70. La segunda fue Zelda Williams, a quien menos todavía conocía, pero que de inmediato me pareció dotada de un instinto y una soltura natural; pero imagínense, es hija de Robin Williams, quien también participa en la historia como "Pappass", un discapacitado, junto a una actriz que he visto poco pero me resulta interesante, Tea Leoni.
Una escena favorita, entre varios pequeños momentos favoritos: Anton Yelchin bailando con un poste a la luz de la luna, con las notas de "Melissa" provenientes de la celda de "Lady" (Erykah Badu). House of D es mi primera película del 2007 (el año pasado fue Millones). Cálida, así la describiría. Con una luz propia, nada que ver con los X-Files de Duchovny...