25.12.15

Navidad es Ahora





Navidad es un pulóver amarillo y azul. Un reflejo intermitente de colores sobre la cerámica. Es la casa silenciosa en la mañana. Es la calle sin voces ni ruedas. La mesa con mantel especial. Es un pabilo cortado en serie, dispuesto en crinejas, es amarrar, amarrar, amarrar. Montañas de papel pintado con almidón. Más fresco, más frío, más color, más sabor. Momentánea.

¿Cuándo cambió de textura y se hizo escurridiza? "Me acuerdo de, ya hoy debería, tengo que, me falta, si hubiera empezado en, he debido, me acuerdo que antes, ya no dio tiempo, ya..."

Es Navidad.

Max: mira la luz y los colores, vívela sin quererla recrear, ni forzar, ni recordar, ni añorar. Deténte en cada rostro, conocido y querido, sonríe sin hablar. Atraviesa tu momentánea Navidad, la que te llevarás, la que te quedará. Es una de las formas de medir nuestro tiempo acá; eso no lo sabes pero lo sabrás.

Max, es ya. No es otro tiempo imaginado. Es éste, no hay más.

Feliz Navidad.
:-)

Krampus (2015, Director: Michael Dougherty)


12.8.15

Objetos


Los objetos... Deposito en ellos tanta carga de vida, de historia, de identidad. Están allí, recogiendo la proyección que sobre sus superficies yo hago, que sobre sus contornos, texturas, les impongo. Son apenas objetos pero son como compañeros de viaje. Mañosos, achacosos, callados o parlanchines. No podría desviarme y dejarlos varados: ellos me conocen y me han querido, acompañado, esperado. Sin embargo, igualmente tendremos que separarnos algún día ¿no es cierto? Claro que es así. Lo saben, lo hemos visto ya. Uno no viene ni se va de esta vida con objetos. Las cosas son apéndices, adherencias, pero su vinculo no es real. Ni con los lugares, ni con seres amados, ni con su ropa, ni con su letra. Sólo vivimos un tiempo entre todo eso y al final nos vamos, simples, casi desnudos, en apenas un cese del soplo.

Cargo mis quince mil días conmigo en minucias, pequeños símbolos, pequeñas llaves, como si pudiera abrir las puertas a lo que ya no me pertenece, Detrás de esas puertas ya no hay nada, esos cuartos están vacíos, ya han sido reacondicionados, como en un hotel, listos para otra historia. Estas llaves no abren ya esas puertas y esas puertas ya no me conducen a mí a ningún lado. Lo que soy, lo soy hoy, aquí. Suelto mis cargas, mi equipaje. Y soy.

Madame Tutli-Putli (2007, Directores: Chris Lavis, Maciek Szczerbowski)






22.7.12

Dench y Smith se hospedan en un tal Marigold...





Es esa maravillosa actriz Judi Dench quien, con una interpretación serena y comedida, regalándonos a una anciana interesante, interiormente intensa, muy ávida de autorealización pero sin estridencias, (inusitadamente vulnerable y bondadosa Dench) se convierte esta vez en mi personaje favorito.

Es ella quien abre y quien cierra esta película, quien deja testimonio, quien contrapesa El Exótico Hotel Marigold (The Best Exotic Marigold Hotel - John Madden, 2011)


Pero todo el elenco y todos los personajes, sin excepción, nos regalan algo, nos muestran algo, nos hacen pensar en algo. Maggie Smith no decepciona y es que ¿cuándo nos ha decepcionado? Aquí está fantástica, en un personaje enigmático y familiar a la vez, que economiza sus interacciones pero les da una contundencia que nos hizo reír y sonreír.

No es una película más de cómicos desencuentros o sketches interculturales. Tampoco se puede decir que es fundamentalmente ambiciosa. No está exenta de clichés y de actitudes paternalistas. Los tiene. Pero resulta un gran placer para el espectador (también es verdad).

Diría que logra ser un atento recorrido, en tono de comedia, por la idea de envejecer y recapitular en la vida. Es un armonioso descubrir de minihistorias, algunas muy hondamente sentidas, que se nos van revelando, primero con gestos para adivinar y luego de boca de cada protagonista.

Ver a queridas estrellas actorales reunidas en una antesala de aeropuerto, nos hace anticipar buenos momentos.

Suerte que pesqué esta película en el mar de apuestas seguras por el target familiar que las dos grandes cadenas de cine de Venezuela han decidido ofrecer de un buen tiempo a esta parte. Vale decir, pesqué una perlita en un mar de hombres arañas, flotas navales contra extraterrestres y sagas (eras) heladas...

La liberación interior, el despojamiento de las fachadas, el sincerarse, el exprimir la vida, en el elenco joven y en el no tan joven, hacen de esta película alimento concentrado para el espíritu.

¡Fui por un bocadillo y me topé con un banquete!

2.7.12

Bélica y en fragmentos... ¿Guerra contra el tiempo?



Supongo que algo tengo que agradecer hoy lunes al Rey Alberto I de Bélgica quien un día, según Wikipedia, encargó al Prof. Jacques Pirenne enseñar historia al príncipe Leopoldo. Igualmente agradezco a mi circunstancia cada vez más frecuente de tener tiempos restringidos y fragmentados para apreciar nuevas películas (en contraste con una oferta avasallante y apasionante, nunca antes imaginada, que me tienta permanentemente!).

En fin, en mis manos cayó la película "Ciudad de vida y muerte" (Nanjing! Nanjing! de Lu Chuan 2009) la cual decidí ver en 3 partes, durante sábado y domingo, con intermedios matizados por algunas, sólo algunas, breves, rapidísimas, digitalísimas lecturas...

El tema: La Invasión Japonesa a la ciudad de Nankín en 1937, para entonces capital de China, evento conocido también como "Masacre de Nankín".

"Así pues" -relata un viejo tomo de Las Grandes Corrientes de la Historia de Jacques Pirenne (Editorial Éxito, Barcelona 1961) - "el Japón viviría durante la guerra en un mundo imaginario forjado por el gobierno, el cual aseguraría a la nación la victoria porque representaba a las fuerzas del bien frente a las potencias del mal y porque la raza nipona era la encarnación misma de la divinidad."

Explica la enciclopedia (regalo de mi tía) que en aquel momento había un adoctrinamiento a la juventud en cuanto a temas militares y en cuanto a la doctrina del "Shinto purificado", según la cual "Japón es la tierra de los dioses y su soberano desciende de Amaterasu, diosa del sol y fundadora de la nación." Y, por último, dice Pirenne: "El panteísmo sintoísta, lo mismo que el monoteísmo judío de antaño, hace del Japón el pueblo elegido cuya misión consiste en regenerar al mundo, sometiéndolo con apasionada obediencia a la autoridad del emperador..."

Con este enciclopédico referente teórico me apresté a ver el primer tercio de una monumental obra de cine bélico que, en mi opinión, los amantes del cine bélico, épico, pueden ya proceder a agregar a su colección. Eso fue el sábado finalizando la tarde.

Esta 1ra. parte me resultó impactante. Dura de tragar. Pero la volvería a ver, es magistral. La película es en blanco y negro (ha sido calificada por cierto como "La Lista de Schindler china", también por el papel que un grupo de occidentales jugó en ayudar a los refugiados chinos). Es despiadada, es explícita, contiene todos los movimientos de cámara imaginables para cuerpo-a-cuerpos escalofriantes. Va narrando el gran angular la reducción (literalmente) de las tropas chinas a descomunales masas de soldados condenados al exterminio, al holocausto, la deshumanización más inconcebible, desde estos tiempos y estas butacas. (No que la crueldad desbordada de la guerra tenga lógica o explicación, pero de algo me sirvió leer antes lo que el Prof. Pirenne dice de que los japoneses se creían algo así como una raza superior para ese entonces. ¿De allí el ensañamiento?)

Antes de acometer la 2da. parte, planificada para el domingo por la mañana, consulté algunos videos en Youtube, de los cuales resaltaré "Nanjing" que consiste en dramatizaciones de diarios y apuntes, hecha por actores, y testimonios de sobrevivientes.

Esta (2da) sección la ví, efectivamente, el domingo muy temprano. El legado de este 2do. tercio de película lo coloco en una escena en la cual 100 mujeres chinas aceptan el supremo sacrificio de servir de "consuelo" a los ocupantes japoneses, a cambio de que pueda seguir funcionando el campo de refugiados, alimentos, etc. Cómo van levantando su mano. Cómo van dando un paso al frente. Una por una. Sin que la película diga nada más, sólo miradas, profundas miradas, en una fotografía que capta silencios, partículas de polvo, la bruma de la guerra. Imborrable.

Finalmente, antes de volver a ver toda la película y encadenar con el final (domingo tarde/noche)consulté la Web oficial china "The Memorial Hall for Compatriots killed in the Nanjing Massacre by Japanese Forces of Aggression". Como ya supondrán, este trágico episodio histórico es sumamente controversial para ambos países. Si bien el mundo reconoce que se cometieron atrocidades, no hay consenso en las cifras y no falta quien (al igual que ha sucedido con el Holocausto judío, por cierto) niegue que la matanza tuvo lugar. Se dice incluso que el gobierno chino presuntamente falsificó imágenes para exponerlas en el citado Museo, entre otras "exageraciones". ¿Cuál será la verdad? nos preguntamos.

Mi (3ra) sección me deja una escena final hermosísima, realmente un bálsamo después de tanto dolor, de tanto recordatorio de cuán degradante y arbitrario se hace todo en tiempos de guerra (cuando "es más fácil morir que vivir", como dice uno de los personajes principales, sino el personaje clave de esta obra). Sin ánimo de contar la peli, sólo diré que la sonrisa que realmente no se sabe si es llanto, en un mismo ¿inocente? rostro, hace esta escena final memorable.

Ciudad de vida y muerte, motivo de este post, obviamente también ha sido tremendamente controversial en el público. Tanto en China como en Japón ha recibido fuertes críticas y es fuente de acalorado descontento. A ustedes lectores "occidentales" se la recomiendo, como dicen por aquí "sin que me quede nada por dentro"...

Y aprovecho también de recomendarles que de vez en cuando, bien sea por escasez de 3 horas seguidas, como me pasó a mí, o porque así lo decidan hacer, maticen el visionado de pelis épicas, históricas con "intermedios" enciclopédicos y youtubescos. En este caso en particular, a mí me funcionó. Realmente, el resultado de tan fragmentado proceso... Vale la pena.

P.D. Espero ver próximamente sobre este tema "The Flowers of War", protagonizada por Christian Bale. Bale es el muchachito de "Empire of the Sun" que ví, sin mucho entender, por allá por los 80...

26.2.12

Silencio... Para escuchar lo que dicen las piedras


A pocas horas de una noche de celebridades (los Oscars, ritual favorito que como a muchos en el globo me acompaña de toda la vida) puedo congratularme de haber dado esta tarde la mano a una pequeña estrella.

Y darle las gracias, por supuesto.

Al niño actor Juan Carlos Núñez, protagonista de El Rumor de las Piedras (Alejandro Bellame, 2011). Espero ir a Los Angeles algún día en tan importante época de galardones, pero hoy, en Caracas, fui muy feliz de haber dado mi tributo al cine. Y pensar lo fácil que fue.

Sólo me tomó leer un tweet del Proyecto Esperanza, y como estoy relativamente cerca, asistir al Teatro César Rengifo en Petare. Grata sorpresa pues, que el anunciado cine foro incluía la presencia del pequeño "Santiago" y del director del film, Alejandro Bellame.

El Rumor de las Piedras es una sólida película venezolana, de las que ya han comenzado a surgir vinculadas a la Tragedia de Vargas de 1999. Es una obra bien acabada, pensada, actuada, respetuosa, incisiva. Como los intrincados vericuetos del barrio y el incesante movimiento del río que atraviesa y define a esta ciudad, así de pródiga es esta película en temas y mensajes para el espectador atento. Por eso mismo, una sola vez no basta y es digna de un segundo visionado.

Antes de seguir, les diré algo. Es remarcable que en una película sobre el barrio -y a veces uno ha dicho "Cónchale, ooootra vez otra película sobre el barrio"- es interesante, les decía, que un personaje diga claramente: "Yo soy el culpable de lo que me pasa".

Estoy consciente de que hablar de culpa, o no culpa, y de real libertad de elección personal en el contexto del barrio es complicado, debatible, discutible. Aún así, y con el perdón de los especialistas, como espectadora agradezco la frase.

Dicho esto.

La devastadora inundación, el "deslave" de Vargas, que aparece en el Libro Guinness, tiene una presencia invisible pero contundente en este drama. No la vemos: la sentimos, la palpamos, la escrutamos. Está en la tensión permanente en la frente, la mirada, la espalda y los hombros de una mujer que no se da un respiro. Está presente en claves inserciones de sonido, ese sonido terrible del agua y de golpes de inmensas rocas en la tierra, que nos conmueve hondamente. Está presente en las secuelas que ha dejado en la madre, el hijo mayor, la abuela.

El niño, Santiago, es quien se nos presenta como el más fresco y ligero de equipaje, el doloroso equipaje del trauma y el recuerdo. Aún asi lo comparte, lo percibe, lo presiente: porque esa pérdida, ese dolor, ha tenido sus efectos y se permea, sin duda, hasta alcanzarlo... Su alegría nata, sin haberse roto todavía, es lo que nos engancha desde un comienzo para seguir sus episodios.

A propósito de esa alegría y esa inocencia conservadas en Santiago, me vienen a la mente escenas amables en cementerios. ¿Cómo así? El cine se las ha ingeniado para hacer de cementerios el telón de fondo para impresiones visuales que uno recuerda con afecto, no sé por qué. Una que me gustó desde muy joven fue las andanzas de los niños Daniel y Melody (Melody, 1971) con el fondo de los Bee Gees (la canción First of May). Otros amables paseantes de cementerio: Jesse y Celine (Before Sunrise, 1995). ¡Y la pícara apertura de Volver, de Almodóvar! Ahora, agrego a los pequeños Santiago y Yeyson, de El Rumor de las Piedras.




Yeyson y Santiago, jugando a espadachines entre abandonadas lápidas, comiendo arroz con pollo, estudiando las rocas ígneas, sedimentarias y "metafóricas".


Feliz estoy de añadirlos a mi colección.

En otras resonancias más dramáticas, alentadas por El Rumor de las Piedras, menciono a otra gran obra actoral, encabezada por Meryl Streep en los años 80, La Decisión de Sofía. Segura estoy de que los creadores de "El Rumor...", han asomado también un espinoso tema, el de las decisiones imposibles, inesperadas, irrevocables que las tragedias, naturales o creadas por la opresión y la guerra, obligan a veces a tomar y a cargar el resto de la vida.

EL MAR. El gran presente, el gran ausente, que como lo bueno, se hace esperar. Nos llega en la resolución, en la escena en la cual desembocan todas las emociones y conflictos, los vividos, los postergados, los que aún estarán por llegar. El mar. En esa magnífica, azul resolución de esta historia, donde la Madre se voltea hacia la montaña y sin palabras, parece preguntarle qué fue lo que bajó de allí, si alguna vez lo entenderá y estará en paz.

DIÁLOGOS NATURALES, acertado estilo en El Rumor... Naturales y breves. Eso contribuyó a dar dinamismo y reconocernos, sin sentirnos increpados por dicciones forzadas o tonos moralizantes. Sólo hay un diálogo extenso, una conversación larga hacia el final de la película. Es entre la madre y su hijo mayor, una conversacion conclusiva, orgánica, conjugada con una alusión visual a"La Piedad". Dos seres unidos por la biología y la tragedia, van siendo rodeados lentamente por una cámara que los retrata frente a una pared en blanco que parece dibujar el mar (visto desde la orilla) y la nada (desde la derrota, el dolor, la culpa).

Qué hermoso contraste la figura de la Abuela. Una abuela que está quedándose ciega poco a poco, pero que puede ver lo que necesita ver y más allá. Encarnada por una actriz alta, fuerte, un casting que a la vez extraña y sugiere que en esta familia, este árbol separado de su raíz (el Mar), es también una gran roca, presente, importante, con peso.

No sé cuán universal resulte El Rumor de las Piedras. Difícil calibrar ese rasgo para otras audiencias no venezolanas. A escasas horas de haberla visto por primera vez, es esa la inquietud que me queda. Aquí en confianza, no sé si otras audiencias podrán captar suficientemente como para no distanciarse, nuestros pliegues, matices, resonancias, profundidades y especificidades.

Puede que sí. Puede que los corazones y las mentes abiertas, puede que los sobrevivientes de catástrofes, los contemporáneos de horrores bélicos, los compañeros de esa violenta sacudida que supone vivir en ciudades de alta criminalidad, puede que ellos entiendan. No lo sé.

Cualquiera sea el caso, El Rumor de las Piedras logra conmover y poner de relieve muchos desafíos que todavía aquí, entre venezolanos, nos quedan por reconocer, admitir, afrontar y solucionar.

Y los duelos pendientes.

13.2.12

"You is kind. You is smart. You is important"














De "Historias Cruzadas" (The Help, Tate Taylor 2011) me llevo, entre sus diversos temas, uno: el del afecto profundo que nace en la infancia y persiste en el tiempo por quien te regala su afecto, te enseña, te quiere. Por quien te cría.

Mucho se debe haber escrito y se escribirá sobre esta importante película. Una obra que tiene un tema de fondo, el racismo y el odio hacia las personas de raza negra. Ubicada en Jackson, Missisippi, durante los años 60.

No todas las caracterizaciones lograron la misma profundidad. Interesante la mezcla que se hace con comedia, aunque algunos personajes se caricaturizan un poco. Afortunadamente, el relativamente amplio conjunto de personajes permite captar matices en las relaciones de blancos y negros, en un contexto y una época determinadas.

El papel principal, el de la criada que narra la historia (Aibileen) nos llega con una interpretación impecable de la actriz Viola Davis. Especialmente a través de su inteligente y bien administrado lenguaje corporal (hay momentos que sus hombros son casi como ojos, por la historia que pueden comunicar), puede uno captar dolor, coraje, amor, generosidad, liberación interior.


En los momentos de Aibileen con la pequeña Mae o del hermoso flash-back de la periodista Skeeter con su nana Constantine , se transmiten los intensos apegos, afecto, dolor por abruptas separaciones. Alcanza uno a ver que entre estas"criadas" y los niños a su cargo podían surgir verdaderas historias de amor y gratitud, más allá de las restricciones racistas, sociales, legales que las regulaban.


Y el otro tema que me llevo de esta película es el de la valentía personal. Cómo el paso que da una persona, luego dos personas, luego tres y más, en el gesto de romper el silencio, intentar la justicia a través de la divulgación de testimonios, tiene un efecto. Es lo que hace Aibileen contando su historia y promoviendo que otras criadas cuenten su historia.


Un paso, a la larga, liberador en lo personal.

Muy bella película, la recomiendo. Y un momento hermoso, culinario, que llamo "la escena Crisco". Sï, relacionado con la manteca Crisco. Y otra cosa: siempre es un placer toparnos con Sissy Spacek en una película.


"You is kind. You is smart. You is important" (Aibileen to Mae en "Historias Cruzadas")

9.1.12

Con dos T


















También en los años 70 las mamás usaron la tecnología para entretener a sus hijos.


Mi mamá nos leía cuentos, y también los grababa para que no extrañáramos su voz mientras cumplía su multitasking. Y era genial.


Eso y otras presencias, como la gran biblioteca del pasillo de la casa, la llegada de nuevas y excelentes enciclopedias de avanzada producción, los regalos de libros juveniles, el respeto por lo escrito, nos hicieron lectores. Escuchando historias, las leímos. Ayer, en páginas impresas. Hoy también en páginas digitales.

Margueritte ("avec deux t", con dos T), o Margarita como mi mamá, es la protagonista de "Mis tardes con Margueritte" (La tête en friche, 2010), con la cual abrí mi 2012 de cine en sala. Si han visitado este blog de vez en cuando ya saben las predilectas: las calladitamente intensas, las que celebran la vida, los detalles, los encuentros furtivos e inesperados... Trailer


¿Y qué más inesperado que el encuentro cotidiano de una anciana lectora y un rudo obrero? Un hombre que ante nuestros ojos se transforma, con los acertados matices actorales de Depardieu, en el receptor y generador de una nueva vida, visualizador primero de la vivacidad de las imágenes dibujadas por palabras, beneficiario de la autoestima ganada por el desplazamiento interior promovido por la lectura y finalmente, celebrante de la amistad, la gratitud, el perdón, facilitado por la afinidad de las almas. Una historia de amor, sí, en muchos sentidos.
No diré mucho más, sólo que me siento contenta y privilegiada de haber iniciado mi aventura cinéfila de este año con esta pequeña, gran película basada en la novela homónima de Marie-Sabine Roger.

Véanla, serán felices, más sensibles, más humanos, de eso se trata también, me ha parecido siempre, el ritual ya centenario de contemplar el mundo-espejo desde una butaca.

(Margueritte, es decir, Margarita. Pero "con 2 t".)