24.1.10

Desentierros


Con placentera conclusión termina mi domingo. No sé si existen o no las coincidencias pero qué casualidad que una mano afanosa corrigiera la "grilla" de Enero del Celarg y encima de la casilla donde decía "Un lugar lejano" de José Ramón Novoa (la película que me proponía ver) pegaran un papelito que decía "Venezzia" de Haik Gazarian. Casualidad, pues porque hoy por la mañana saqué un postergado DVD obsequio de mi hermana titulado "Closing the Ring" y después por la tarde me sale "Venezzia"(?)

Ambos relatos centrados en mujeres que encontraron el amor de su vida en soldados estadounidenses. Dos mujeres de una misma época histórica (la Segunda Guerra Mundial), una en Michigan y otra en la costa venezolana! No entraré acá en consideraciones de calidad ni de distancias actorales y producción; ambas películas captaron mi interés, por razones y temas muy diferentes. Y me divierte el hecho de haber visto las dos -por casualidad- en un mismo día.

Encuentro interesante que sin complejos un director venezolano se atreva a plantear en Venezzia una historia de espías y submarinos nazis al calor de unos tambores de carnaval, huevos pericos, caraotas negras, arepas, hallacas, selva, playa y... petróleo. El mismo ha dicho que quiso presentar una postal de nuestro país (y la comida, su preparación en curados sartenes negros, me recordó una alegre y colorida escena de cocina de La Virgen Negra). Según se afirma en Venezzia, 60% del petróleo de los aliados en WWII fue proporcionado por Venezuela.

Venezzia ha sido elogiada einsultada por "disparatada"."Closing the Ring"también parece haber encantado y desalentado a los críticos.

Me parece que Closing... es definitivamente un relato muy sensible sobre el tema del duelo, pero del tipo de duelo que nunca se ha querido conversar ni afrontar, de su dureza y su permanencia, del dolor suspendido que inutiliza y atrofia la vitalidad de un ser humano y termina impactando severamente la propia vida y la de los seres más cercanos.

Una ráfaga de mucha vida, color y movimiento le aporta el personaje de "Jimmy" como el desenterrador del anillo y desinhibido enlace entre dos épocas, en lo que termina siendo alguna posibilidad de esperanza de liberación y alivio para la anciana protagonista. Una mujer que suprimió sus afectos y se autoexcluyó prácticamente de los pesares y alegrías de la vida.

Dos historias impactadas y rasgadas por una misma guerra, pero donde sus protagonistas toman decisiones radicalmente distintas que les permitirán aferrarse al pasado o moverse hacia el futuro. Enfoques, el de una y el de la otra, para nada parecidos, que les permitirán disfrutar o no de la vida, después de un mismo dolor y pérdida.

18.1.10

A not-so-me Sunday


Huyendo siempre del gentío que se ha vuelto Caracas, jamás voy el domingo al cine pero este domingo encontré una ranura de MUTE y extraño desierto en la función de 12,40 M de Cines Unidos de El Marqués y me colé en una opción tampoco muy típica para mí pero era tanto el "buzz" sobre esta materia (Avatar) que tenía que verla, y a verla fui.

Bueno, pues valió la pena la transgresión de mi ocio reclusivo dominical!
Si no han visto Avatar, vayan y no la dejen pasar. NO comentaré nada porque a ustedes les sobran los reviews por todos lados, y yo ¿qué podría agregar? Sólo diré como el personaje de Sigourney Weaver ("Dra. Grace Augustine"), si yo, por alguna casualidad de este universo, voy algún día a un lugar así, como el paraíso de estos aborígenes azules, pues yo también"QUIERO TOMAR UNAS MUESTRAS..."

Mi mente pervertida por la politica de mi país (Chavez 1998-2010) me quita inocencia de espectadora. Sï, me resta, pero qué se le va a hacer. Todo deja mella en esta vida, no? Donde quizás hubiera visto sólo la fábula de un buen salvaje, se me aparecían Mesías y crédulas multitudes, y en medio de aquellas hipnotizantes selvas avatareñas que me cegaron por preciosos segundos con sus medusas cibernéticas, espíritus bondadosos de New Age, me despertaba en plena función alarmada por la familiar utopía romántica de un presunto pasado perfecto nativo.

Sí, la película lleva su mensaje de "paz y amor" en fin... nada más, Véanla.
Véanla, yo veria Avatar muchas veces porque es un espectacular, espectacular entretenimiento, sin duda un refinado esmero de técnica y tecnología. Y una nota humana aquí, el poderoso mensaje liberador que la experiencia de controlar a su Avatar obsequia particularmente al personaje "Jake Sully" de Sam Worthington.

Es más, pienso que en la Academia deben darle su premio a Neytiri: no hay duda de que es una criatura mucho más expresiva que algunas estrellas de alfombra roja... ¿Cabrá Neytiri en el Shrine Auditorium de Los Angeles? El que no va a caber de orgullo será su papá: James Cameron.

¿Ya les dije ya? Véanla.