19.2.06

Munich + Promesas








Mientras veía Munich (Steven Spielberg, 2005), un drama/thriller sobre la Masacre terrorista de las Olimpíadas de 1972, en Alemania, recordé el documental Promesas (Promises, Carlos Bolado, B.Z. Goldberg, 2001), una de las experiencias cinematográficas que más me conmovieron en los últimos dos o tres años.

Aunque completamente distintas, las une el tema del conflicto árabe-israelí y la manera como gritan al espectador cuán devastador es para el alma humana el odio aprendido que separa a los pueblos.

Véanlas en combo, Munich y Promises, y si como yo no están familiarizados con los ángulos históricos, religiosos, culturales y etc. del conflicto árabe-israelí, al menos después de ver este par de buenas películas, contarán con una buena idea de lo que pasa a nivel humano, en la piel de quienes los viven día a día. En Promises, lo harán a través de un grupo de niños/jóvenes judíos y palestinos que entran en contacto gracias a un experimento cinematográfico que diría resultó exitoso.

Munich me pareció una obra bien tejida, narrada con la calma suficiente y un pulso de veterano: aunque no me conecté emocionalmente al mismo nivel que lo hice con Promises, pienso que Munich tiene una narración absorbente y plantea reflexiones sobre las emociones viscerales que genera la guerra de este siglo: el terrorismo.

El personaje Golda Meir, breve, contundente, preciso, llamó especialmente mi atención. Con respecto a la recreación de los hechos, me pareció una decisión interesante que fragmentaran el relato crudo de la masacre (ésta no se presenta de una sola vez al principio, por ejemplo, sino que se esparce y reitera a lo largo de la película), porque de esa manera sirve como recordatorio de la motivación honda (sed de venganza, ¿sed de justicia?) que mueve a estos cinco elegidos para la operación Cólera de Dios.

Vayan a verla y conviene leer un poco sobre los hechos reales antes, para captarla mejor. Y después, vean Promises, que les va a gustar.

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