20.11.05

El miedo llegó por avión



No sé que haría yo si en medio de un vuelo trasatlántico veo que una mujer con un ataque de nervios altera el orden público asegurando que su hija se le ha perdido dentro del avión. Realmente no lo sé. Pero como no estaba en un avión sino en la butaca del cine, me pareció muy llamativa la reacción de ese “pueblo chiquito” (infierno grande) representado en los pasajeros de Plan de Vuelo (Flightplan, 2005).

Vi una “sociedad en pequeño” agudamente recelosa, escéptica, distante, incluso cruel (“ni que se le hubiera perdido la Palm Pilot”), ante una situación que (en un pasado más inocente) hubiera despertado algún gesto de mínimo acercamiento humano.

Plan de Vuelo es una película de terror-en-el-avión a la cual se agregan elementos de película de duelo, pues la protagonista viene de sufrir una trágica pérdida familiar. Su dolor y confusión fijan el clima inicial y están muy bien descritos en el rostro absolutamente devastado de Jodie Foster y en un nebuloso juego de imágenes nocturnas entre fantasía y realidad, que transcurren misteriosamente entre una estación de tren, calles y edificios solitarios, una morgue y un aeropuerto.

Pero, si miras con cuidado, a lo mejor lo más elocuente y sonoro de esta película es el silencio de los pasajeros…

1 comentario:

Hombre Lobo dijo...

Un muy buen planteamiento el de esta película, lástima que en el momento en que se resuelve el misterio con aquella trama tan tirada por los pelos todo se vaya al mismísimo demonio. Si esta cinta fuese un avión, se habría estrellado envuelto en llamas.

Al menos la primera hora es buena.