Las películas se tocan entre ellas, pasa muchas veces. Viendo La Vida secreta de las palabras (The secret life of words, 2005) recordé al traficante de armas de Lord of War, quien hace un mal chiste sobre las guerras de los balcanes, y recordé a Armenia, el país de Vodka Limón, el mismo donde hubo un holocausto previo al judío, del cual nadie se acuerda, y por entre los telones, recordé a El Paciente Inglés.
Para quienes aprecian el género drama y se arriesgan a hacer otro viaje por el alma humana de la mano de Isabel Coixet, y presenciar la metamorfosis de una mirada muerta en una mirada viva, está en cartelera una magnífica experiencia llamada La Vida Secreta de las Palabras. Si se quiere, un viaje al revés de Mi Vida sin Mí.
Como los mejillones que se dan en la plataforma petrolera, el amor entendido como profundo contacto, salvación y resurrección, como un milagro que retoña en lo árido.
Como la vida, que se abre paso a pesar de ser golpeada millones de veces por las olas…
Vale la pena: 100% si les gusta el drama - Velocidad: 40 Km/h - Del mismo saco: K-Pax, Sophie’s choice - Fortune cookie: Hoy sólo quieres que te dejen en paz - Brainstorm: Oil rig, faro, isla, cicatriz, petróleo - Del Séptimo Arte: Actuación - Lupa: Una franela dice “Pto. Cabello - Venezuela” - Resuena: “Un día, no hoy, no mañana, algún día de pronto, puedo llorar tanto que todo se inundará y te arrastraré conmigo.”
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