10.1.07
Sounds familiar
Veo que estrenarán en los cines Hotel Rwanda! Me alegra.
Ya llevaba tiempísimo disponible en alquiler y copias piratas. Pero ahora vale un consejo si no la han visto: véanla. Otro consejo: Véanla junto con Sometimes in April. Ambas relatan exactamente el mismo momento, el mismo tema: el horror del genocidio de 1994. Terribles hechos, que sólo se nos hacen digeribles por intermedio del arte.
Por qué digo que es un combo recomendable: porque se complementan. Se cruzan, como siempre digo, las películas se tocan. En este caso, el dúo es imperdible.
Pero hay algo más. Al verlas me resultó palpable, fascinante y deprimente constatar que reconocí e identifiqué algunas situaciones específicas, como familiares, como tristemente conocidas. Azuzar el odio (una). Negarse, pasmarse y suponer que habrá un rescate (otra).
Es obvio que lo que ha sacudido a Venezuela durante ya casi una década (nos) ha marcado. Noto que se ha afinado algún mecanismo interno en mi mente de espectadora, particularmente "pilas" y sensible a las señales del odio atizado como alimento inflamable de un sistema de poder. Alerta y consciente de que pedazos de historias y dolores de unos y otros seres humanos se solapan, sin importar océanos o kilómetros.
Qué triste pero qué fascinante experiencia es conectar al instante con otro ser humano que también reacciona y se transforma como uno reacciona y se transforma. Con shock, negación, parálisis, lucha, aceptación, esperanza, dolor... Todo eso que forma la "guerra". Armada... o extenuantemente... psicológica.
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